L@s Amig@s yoyó

L@s Amig@s yoyó

«Hay una teoría infalible sobre la amistad: siempre hay que saber qué se puede esperar de cada amigo»

Carmen Posadas

¿Quién pasa por la vida sin amig@s? ¿Qué triste sería verdad?

Aunque l@s cuentes con los dedos de una mano, algun@ tienes. Y es que las relaciones de amistad, son muy importantes para vivir feliz. Hay de todo tipo, íntimas, duraderas, superficiales o cortas en el tiempo. Están las del instituto, las de la universidad, las de salir de marcha, las de toda la vida, las de nos vemos una vez al año, pero todo sigue igual, las intensas por un tiempo y luego nunca más se supo, las de “por el interés te quiero Andrés”, las del trabajo, etc.

Definiciones de amistad, hay muchas, para la RAE es el “Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato”. Para mí, es un tipo de amor en el que caben multitud de sentimientos, que son recíprocos. Seguro que te suena eso de “amig@s para siempre”, y recuerdas es@ amig@ especial con el que compartes casi todo y que te conoce casi tanto como tú (o incluso un poco más).

L@s amig@s están sobre todo para compartir momentos, vivir aventuras, confiar secretos y problemas, salir a pasarlo bien, tomar cafés interminables que se convierten en “ya que estamos, cenamos, y nos tomamos algo”, animar cuando están tristes charlando horas y horas. Son en l@s que siempre encuentras abrigo, l@s que hasta cuando os enfadáis, os comprendéis,  l@s que te dicen la verdad a pesar de que quieras ignorarla, y son l@s mejores abogad@s si alguien te ataca. Si, con l@s amig@s se viven momentos llenos de complicidad, irrepetibles, inolvidables y entrañables.

También existen numerosos estudios que nos demuestran que las relaciones de amistad son beneficiosas para la salud. La Universidad de Oregon postulaba, que las personas que tienen lazos estrechos con otras, corren menos riesgo de morir de enfermedades graves, tienen un sistema inmunitario fortalecido y resistente, gozan de mejor salud mental, y son más longevas. La Universidad de Loyola, en Chicago, señalaba que tener buenas relaciones personales además de mejorar la salud, combaten depresiones. En efecto, tener amig@s es saludable, ya que nuestro estrés disminuye cuando hablas con un@ amig@ de lo horrible que ha podido ser tu día, o de aquello que tanto te agobia y te preocupa. Una conversación con un@ buen@ amig@ es a veces la mejor terapia, siempre alivia tu malestar.

Y es que tener amig@s sienta bien, siempre y cuando sean eso, relaciones de amistad verdaderas, basadas en el cariño, lealtad y respeto. De es@s amig@s, que quieres y te quieren, te apoyan y apoyas, que te escuchan y escuchas, que te ayudan y ayudas, aquell@s con las que compartes afinidades, y conectas íntimamente.

Pero, ¿qué ocurre con esas amistades que no son tan sanas? Esas amistades que están más cerca de lo tóxico que de lo saludable.

A este tipo, yo las denomino l@s amig@s “yoyó”, sumamente peligrosas para el bienestar psicológico. Por eso te invito a que descubras, qué te hacen sentir tus amig@s.

Seguro que sabes lo que es un “yoyó”, probablemente habrás jugado con alguno cuando eras niñ@. Ese juguete de madera que te anudabas al dedo y lo hacías bailar de arriba-abajo y viceversa. Pues l@s amig@s “yoyó” son personas que giran solo sobre sí mismas, una y otra vez como si fueran las únicas estrellas del baile. Esta clase de amig@s (que en realidad no lo son), se creen el centro del universo, y van de víctimas o en plan protagonista.

Te doy más pistas, l@s amig@s “yoyó” a l@s que parece que el ego no les cabe en el pecho, son aquell@s que sólo te hablan de sus problemas y necesidades, que te utilizan cada vez que les conviene, que te critican, te manipulan, te juzgan, bromean a tu costa, te restriegan que hicieron algo por ti, y te hacen sentir culpable si consideran que les has fallado. Suelen quejarse hasta la saciedad, y la mayoría de sus sentimientos oscilan entre el rencor, la envidia, la crítica, y un resentimiento generalizado. Es como si tu felicidad les molestará, no soportan que consigues tus sueños, y sientes que no se alegran del todo ante cualquier buena noticia o éxito tuyo, porque siempre tienen un “pero” que va detrás.

A veces ni siquiera se dan cuenta de sus actos tóxicos, porque están tan ensimismados en si mism@s que no ven más allá de sus razones, puntos de vista, opiniones, y creencias. Son incapaces de comunicarse de forma eficaz y coherente, y ante discusiones vomitan todo su malestar contigo. Son maestr@s en recriminaciones y repito, en hacerte sentir culpable.

Para seguir confeccionando el perfil “yoyó”, te diré que son personas prepotentes, altaneras, impacientes, que muestran falta de autocontrol e impulsividad, con baja tolerancia a la frustración, inflexibilidad y rigidez mental. A menudo se definen como personas con mucho carácter y radicales en sus planteamientos. Si alguna vez te ayudan, no solo te lo recuerdan, sino que te lo echan en cara, porque les debes dedicación absoluta. Desconocen por completo la asertividad y la empatía en sus relaciones sociales. Nunca admiten que se han equivocado, puesto que, si te lastiman con sus palabras, es tu problema, ell@s solo dicen lo que piensan, y eres demasiado débil. Tienen reacciones desproporcionadas, y casi siempre están de gresca o mal humor. En definitiva, una naturaleza bastante conflictiva.

Este tipo de relaciones son tóxicas, nos generan estrés, tensión, y sobre todo, mucha decepción. Resulta complicado razonar con personas así, que intentan siempre quedar por encima. En realidad, este “creerse superior” demuestra todo lo contrario, y es un profundo sentimiento de vacío, baja autoestima, escasa seguridad y confianza en sí mism@s, por lo que cambian con asiduidad de amig@s, y parece que no encajan nunca.

Si piensas que hay alguien de tu mundo que te trata de esa manera, permíteme que insista, NO TE LO MERECES. No sigas siendo la cuerda del yoyo, porque te terminarás gastando y rompiendo. Lo mejor que puedes hacer es decir STOP con este tipo de relaciones tóxicas. Lo primero toma conciencia de las emociones que te generan tus amig@s. Si son positivas, estupendo, agradece que las tienes, disfrútalas y sigue cultivándolas. Ahora bien, si te provocan emociones negativas, parecidas a lo que has leído, eso no es amistad. Distánciate de ell@s, y evita su contacto, va a mejorar tu salud. Esto no significa que te aísles, sino que apuestes por relaciones de amistad saludables. Implica que cambies de amig@s, y establezcas alianzas de amistad sanas. Atrévete a conocer a gente nueva, amplia tu red de contactos, apúntate a tus actividades favoritas, conoce de verdad a las personas y rodéate de las que te transmitan paz, positividad y alegría.

Por otro lado, si te reconoces en este tipo de actitudes de amig@ “yoyó”, te animo a ser mejor persona, dejando de ser tóxica. Es decir, comunica lo que sientes y necesitas, pero también escucha lo que sienten y necesitan los demás. Puedes respetar otras ideas y mantener la propia, sin herir con tus palabras. Es bueno que conozcas lo que le gusta a tus amig@s, y también aquello que les irrita para no hacerlo. Si recuerdas haber mandado al garete buenas relaciones de amistad por orgullo y cabezonería, por insistir en tus convicciones, estas a un paso de aceptar que lo hiciste mal, a dos pasos de pedir perdón a esa persona, y a tres pasos de perdonarte a ti mism@. Dicen que rectificar es de sabios, así que buscar ayuda para canalizar tus frustraciones y aprender habilidades sociales, mejorará tus relaciones.

Es curioso cómo podemos evolucionar como personas si aceptamos nuestros errores y nos centramos en la solución. Analiza tus relaciones de amistad para que sean óptimas. Cari Rogers (psicólogo) decía que una verdadera amistad tenía cuatro características fundamentales: autenticidad (para expresarnos de forma clara y sincera), cordialidad (para sentirnos aceptados, respetados y considerados), empatía (porque comprenden nuestros sentimientos), y la disposición para compartir experiencias. Actúa en consecuencia con las personas que te importan. Las amistades no se hacen de la noche a la mañana, necesitan tiempo para madurar y consolidarse, y el intercambio de afecto, confianza, y respeto para fortalecerse. L@s amig@s nos enriquecen emocionalmente, potencian nuestra creatividad, te hacen prosperar, y a tener disposición para ayudar. Concéntrate en lo positivo de las personas, y aprecia a ese tesoro que tienes como amig@. Pregúntate ¿qué tienes en el corazón para dar? Pero no des esperando recibir exactamente lo mismo. Deja de jugar al “yoyó” para que todo vuelva a ti, si siembras amor, éste se multiplicará y no necesitarás tirar de la cuerda.

A la futura mamá

A la futura mamá

A la futura mamá (que también es hija):

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Como cada año, el primer domingo de mayo fue el día de la madre. Más allá de celebrar festividades, y de que el día de la madre se convierta en un día puramente comercial, que invita al consumo, para homenajear a las madres, lo cierto es que ellas se merecen una distinción especial por ser el 50% de la difícil misión de criar y educar a sus hij@s junto con los papás. En el caso de madres solteras, esta difícil misión es al 100% solitaria.

Como hija, mi madre ha sido y es mi gran heroína en la vida. La persona que más y mejor amor me dio en todas sus posibles manifestaciones. Literalmente me enseñó a levantarme si me caía. Y me caía bastante, “Si no puedes correr, anda, si no puedes andar gatea, si no puedes gatear, utiliza los brazos, si los brazos te fallan, pide ayuda, pero siempre habrá algo que puedas hacer, no te refugies en el no puedo”. Esas palabras de mi madre, las tengo grabadas a fuego porque me hicieron crecer fuerte y afrontar la vida con otros ojos.

Honoré de Balzac  dijo “Jamás en la vida encontraréis ternura mejor y más desinteresada que la de vuestra madre.” Y no puedo estar más de acuerdo. Mi madre ha sido toda ternura conmigo, y solo puedo agradecerle cuánto ha hecho por mí.

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Agradecer su peregrinación a médicos para conseguir que yo pudiera caminar sin problemas. Agradecer su desvelo y cuidado cada vez que estuve enferma. Agradecer que cada noche me contara historias y cuentos para dormir. Agradecer las tartas de galletas y chocolate cuando era mi cumpleaños. Agradecer su tranquilidad y explicación el día que tuve mi primera menstruación. Agradecer aquellos bocadillos de “nocilla”  para merendar cuando los pedía.  Agradecer ese vaso de “cola-cao” cuando me quedaba estudiando por la noche para selectividad y en los exámenes de universidad. Agradecer su confianza porque nunca me puso hora para llegar a casa. Agradecer que me enseñara el valor de las cosas y no el precio. Agradecer su aplauso en mis esfuerzos sin mirar los resultados. Agradecer su comprensión ante mis errores. Agradecer su ayuda incondicional. Agradecer que me inculcará el respeto como principio fundamental. Agradecer su abrazo y consuelo cuando me han hecho daño. Agradecer su sonrisa cada vez que me ve. Agradecer su empeño en convertirme en una mujer fuerte. Agradecer su interés en recordarme mi valor como persona, las veces que lo olvidé. Agradecer que siempre me recuerda que merezco cosas buenas y ser feliz. Agradecer tanto amor recibido y demostrado.

Y podría seguir agradeciéndole miles de enseñanzas, y seguiría quedándome corta. Creo que no encontraré palabras suficientes para agradecerle tanto. Evidentemente hablo desde una experiencia personal sumamente positiva, porque visto desde mis ojos tengo a la mejor madre.

Y me pregunto ¿cómo devolver tanto amor, tanta dedicación? Porque aunque  les demos las felicidades, les regalemos mil ramos de rosas, les digamos “te quiero mamá”, pasemos tiempo con ellas, no conseguiremos estar a su altura. Y por mucho que se equivoquen a veces, la intención de una madre siempre es buena, a su manera, nos protegen.

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El momento de devolver ese amor y dedicación debería ser siempre, pero sobre todo cuando una madre te necesita. Cuando la ves indefensa, débil. Cuando se siente sola. Cuando necesita que tú como hij@ la cuides, la abraces, y le dediques tu tiempo a recordarle quien fue, la increíble mujer que te educó y te lo dio todo. Es en este momento cuando podemos demostrar a una madre nuestro agradecimiento y devolverle cariño en forma de sonrisas, besos, paseos, caricias, cepillándole el cabello, ayudándole a asearse, dándole de comer, contándole tú las historias …, en definitiva, estar a su lado y ser su apoyo cuando ella ya no se vale por si misma.  Aquí es cuando tenemos que dar la talla como hij@s. Por eso, es bueno recordar todo esto como mujeres que somos, hijas, y posiblemente futuras madres.

Y no tod@s corremos la suerte de tener una relación sana y armónica con nuestras madres/padres. Es triste ver a madres e hij@s que no se sienten queridos, que no se hablan, que no se apoyan, que no están unidos y que se destierran al olvido. No es lo normal, pero esto también ocurre. A veces la razón ni la recuerdan, simplemente no han sabido cómo hacer para salvar una relación que es instinto puro. A veces el nudo entre amb@s es tan fuerte, que impide toda conexión. Nudos que se hacen cada vez más grandes, y ya todo rebota y nada fluye. Y cada nudo sin resolver, es tiempo que jamás recuperarás para conectar con la persona que te dio la vida. Y hay veces, que estas relaciones son insalvables porque hay tanta distancia en los corazones, tanta distancia en lo que un día les unió, que los caminos no pueden confluir y van por separado.

¿Cómo salvar esta distancia? La respuesta está dentro de ti como hija o como madre. Es una decisión tuya, en querer o no, salvar la distancia. En conformarte con un hilo de conexión que te permita estar en paz contigo mism@. Para salvar relaciones hay que aceptar a esa madre-hij@ que tenemos, intentar pensar sanamente y de forma positiva sobre las cosas que nos pasan, hablar y comunicarse cuando nos hacen algo que no nos gusta o nos duele, perdonar, pero también pedir perdón y demostrar que reconocemos nuestro fallo, valorar más lo que tenemos, respetar las decisiones de los demás, no proteger en exceso, dar libertad para cometer errores, dejar ser y estar, pero sobre todo, hay que demostrar amor y tener la actitud de entendimiento. Esto sería lo ideal, entre madres e hij@s y en cualquier relación interpersonal, pero tristemente no todas las relaciones madres-hij@s pueden salvarse, a veces hay dolor que no se perdona, dolor que no se olvida, y dolor que guía hacia otro lado. Aceptar que este dolor no te permite retomar contacto ni lazo afectivo con tu madre-hij@ también es el primer paso para que salves la relación que tienes contigo mism@ y establezcas otras conexiones sentimentales que si te ofrezcan la garantía de sentirte querid@ y querer del modo que has necesitado.

Dicen que ser madre es una experiencia indescriptible, que lo das todo por tu hij@. Así, a la futura mamá que también es hija, dale todo, pero dale bien, dale con amor, con respeto, con ilusión, con confianza, con comprensión, con autonomía, con fuerza,  y con la libertad de dejar ser, y como hija agradece e intenta devolver lo mismo.

Eres mujer y tienes poder!

Eres mujer y tienes poder!

Bienvenid@s

Hoy 8 de marzo de 2015, en conmemoración con el día internacional de la mujer, Despierta Afrodita despliega sus alas. Un proyecto en el que he volcado mucha ilusión, mucho amor, y mucho esfuerzo. No podía ser de otra manera, un proyecto pensado por y para mujeres, tenía que ver la luz en este día. ¿Por qué? Porque es nuestro día, un día en el que se celebra la lucha de la mujer por participar en la sociedad en igualdad de derechos con el hombre.

¿Que hemos logrado avances? Sí, claro. Gracias a la determinación de mujeres que han tenido un papel primordial en la historia para cambiar las cosas, mujeres decididas con valentía y coraje para defender los derechos, que hoy muchas de nosotras disfrutamos. Mujeres como Cleopatra que fue una de las soberanas con más poder de la antigüedad, Juana de Arco que dirigió al ejército galo durante el reinado de Carlos VII, Marie Curie científica que obtuvo dos premios Nobel, Indira Ghandi una brillante política, Clara Campoamor que logró en España que la mujer ejerciera por primera vez su derecho al voto en 1933,  Eva Perón que promovió los derechos de los trabajadores y de la mujer en Argentina, Federica Montseny, la primera mujer ministra durante la II República española, o Benazir Bhutto, la primera primer ministro en un país musulmán, Pakistán.

Podría seguir enumerando un listado de mujeres que desafiaron las normas, y desataron nudos, muchas de ellas se impusieron y lograron su objetivo, otras desgraciadamente lo pagaron con su vida. Y aunque hemos conseguido mucho, no nos olvidemos que todavía hay muchas partes del mundo donde la mujer es discriminada, maltratada, ultrajada, por el simple hecho de ser mujer.

Por lo tanto, nos queda mucho por hacer, mucho camino que recorrer para conseguir que efectivamente la igualdad sea una realidad total. Mientras siga habiendo mujeres a las que lapidan, a las que torturan, a las que mutilan, a las que matan, a las que violan, a las que usan como un mero trapo, tenemos que seguir luchando por defender nuestro desarrollo íntegro como personas, como seres humanos que participamos libremente en la sociedad. Pueden tildar esto de feminismo, cosa que no es, puesto que lo que defiendo es la igualdad real en derechos, y la equidad de género. Igualdad a la hora de acceder a un trabajo, igualdad para cobrar el mismo salario en un mismo puesto, igualdad para ejercer la maternidad y la paternidad, igualdad de oportunidades, igualdad para tomar decisiones, igualdad para participar en la política, igualdad para la educación, simplemente IGUALDAD.

Me entristece ver a diario mujeres que son asesinadas por sus parejas o exparejas, mujeres discriminadas que son maltratadas y que sufren en silencio vejaciones y un trato discriminatorio, mientras otros miran a otro lado. Estamos hablando de mujeres a las que les han quitado la vida,  la VIDA, el derecho fundamental de cualquier ser humano. La violencia de género es una lacra en nuestra sociedad que hay que erradicar, poniendo hincapié en la educación en valores de igualdad y respeto.  Tomar en serio la defensa de la igualdad creo que es papel que nos toca jugar hoy como mujeres.

Hombres y mujeres siempre seremos diferentes, y benditas diferencias que enriquecen nuestras relaciones interpersonales, pero nadie es superior a nadie, por eso apuesto y reivindico la igualdad en derechos y obligaciones, sin violencia y sin discriminación alguna.

Te invito a la reflexión, para que nadie te diga cuándo puedes hablar, qué tienes que hacer, cómo has de vestirte, o con quién puedes salir. Que nadie te humille. Que nadie te diga cómo tienes que vivir tu vida, porque nadie, créeme puede respirar por ti.

Es por ello por lo que hoy, te felicito, es nuestro día, el día de la mujer. Despierta Afrodita tiene como objetivo fundamental dotar a la mujer de PODER. Es un proyecto terapéutico para optimizar tu bienestar personal, fortalecer tu autoestima, facilitar la expresión de emociones, y despertar tu sensualidad. Eres mujer, y tienes poder para cambiar tu vida, para tomar tus decisiones, para empezar a quererte y valorarte, para ser feliz y vivir tus sueños. No quieras ser princesa, porque no necesitas ser rescatada, no seas la víctima, no eres el sexo débil, eres una mujer fuerte y luchadora, con poder para hacer y deshacer tu plan de vida. Recuerda eres una diosa.

Haz de tu vida una victoria, es el momento de que te la juegues, así que, Despierta Afrodita.